Unos sencillos indicadores te ayudarán a determinar cuándo es el momento oportuno para cambiar tus neumáticos agrícolas.
El primer indicador de desgaste es la altura de las barras. Esto se debe a que las barras son la parte del neumático más expuesta a las tensiones, ya que están en contacto directo con el suelo y transmiten las fuerzas de tracción. A diferencia de los neumáticos de los coches, los neumáticos agrícolas no disponen de indicadores de desgaste que permitan decidir si hay que cambiarlos. Sin embargo, simplemente midiendo la altura de las barras en distintos puntos del neumático (en los lados, en el centro del neumático y en varias barras) y comparándola con la altura inicial, podemos determinar el índice de desgaste con la mayor precisión posible.
El índice de desgaste habitualmente establecido para sustituir los neumáticos es del 70%. Esto significa que si la altura de los tacos de tu neumático no representa más que un 30% de su altura original, ya están demasiado desgastados. Por ejemplo, un neumático con tacos de 60 mm de altura inicial debe sustituirse cuando la altura sea de unos 20 mm.
Sin embargo, este valor es orientativo y puede reducirse en función del uso que se haga de ellos. Si los neumáticos están en un tractor de alta potencia, es importante mantener una altura de tacos más elevada para transmitir bien la tracción. Los equipos cuyas ruedas lleven una carga reducida, en cambio, pueden aceptar un desgaste del 70%.
También es importante tener en cuenta las condiciones de trabajo de tu equipo agrícola y, en particular, la naturaleza del suelo en el que trabajas para saber cuándo debes cambiar los neumáticos. Si conduces mucho a alta velocidad y/o con una carga pesada o si trabajas en un terreno rugoso con muchas piedras, los neumáticos de tu tractor se desgastarán más rápidamente. Por lo tanto, hay que anticiparse y planificar el cambio aunque el índice de desgaste aún no haya llegado al límite.
La medición de la altura de las barras en toda la superficie del neumático también permite evaluar la regularidad del desgaste. Si las barras están desgastadas de forma irregular, primero hay que determinar la causa (ajuste incorrecto de la dirección, presión de uso incorrecta, etc.).
Si el índice de desgaste está al límite en una sola parte del neumático (en los lados o en el centro), vale más cambiar el neumático porque sus prestaciones se ven mermadas y perderás aquí también productividad y comodidad de trabajo.
Es habitual que aparezcan fisuras en la superficie de la banda de rodadura o en los flancos. Si son pequeñas y poco profundas, son de poca importancia y están relacionadas con el uso normal o con el envejecimiento de la goma, especialmente si el neumático ha permanecido mucho tiempo parado. También pueden ser visibles pequeños agujeros como resultado de impactos con piedras o residuos de cultivos.
Por el contrario, las fisuras profundas deben alertarte, ya que pueden ser la señal de enormes daños en la carcasa del neumático y representar un peligro para tu seguridad (por ejemplo, reventón de un neumático tras un impacto). En este caso, por lo tanto, es realmente preferible cambiarlos rápidamente.
Una rápida pérdida de presión del neumático también puede ser un indicador para cambiar tus neumáticos. Para evaluar esto, colocar cuñas bajo tu equipo e inflar tu neumático a la presión correcta. Al día siguiente o unos días después, vuelve a medir la presión. Si la diferencia de presión es significativa, significa que tu neumático ya no es lo suficientemente estanco. Sin embargo, comprueba que la pérdida de presión no está relacionada con una perforación de la banda de rodadura (pinchazo), si éste es el caso, se debe llevar a cabo una reparación.
Para que te hagas una idea, un neumático puede perder una cuarta parte de su presión cada año. Si tu neumático ha perdido una décima parte de su presión en pocos días, no es normal. En este caso, se recomienda una sustitución para que puedas trabajar en buenas condiciones y, sobre todo, para que la presión de aire de tu neumático se adapte siempre a su uso con el fin de aumentar la productividad.
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