Los terrenos forestales suelen estar húmedos o son blandos, lo que requiere una fuerte tracción para hacer circular la maquinaria. Por ese motivo, los neumáticos, y en particular las barras, se ven sometidas a fuertes tensiones.
Estos terrenos también pueden ser rugosos y agresivos para tu equipo a causa de la presencia de ramas o piedras (sílex, por ejemplo). El neumático agrícola convencional, diseñado para limitar la compactación, es demasiado flexible, demasiado frágil, y por lo tanto no es adecuado para estos usos. Por esta razón, deben utilizarse neumáticos desarrollados específicamente para este uso denominado «forestal».
Condiciones de uso de los neumáticos forestales
Estos neumáticos han sido especialmente diseñados para satisfacer las exigencias del uso forestal.
Se añaden pliegues de acero en la carcasa para consolidar la estructura y los pliegues de nylon mejoran la resistencia a la humedad. Además, la estructura diagonal proporciona una mayor estabilidad, lo cual es de apreciar si el terreno es empinado o irregular.
Neumático Forestry
Por lo demás, la capa de goma de la banda de rodadura y de los flancos es un 20% más gruesa que la de un neumático convencional. Por lo tanto, también contribuye al refuerzo del neumático, especialmente contra los pinchazos. Las barras son más profundas para aumentar la capacidad de tracción.
El neumático Forestry de Bridgestone es un ejemplo de ello (ver el esquema siguiente).
Los neumáticos forestales se diferencian de los demás neumáticos agrícolas principalmente por su estructura. En efecto, los neumáticos agrícolas suelen tener en su mayoría una estructura radial más flexible, diseñada para evitar una excesiva compactación del suelo, mientras que muchos neumáticos forestales tienen una estructura diagonal reforzada con unos pliegues de acero en la carcasa (ver a continuación), que se adapta mejor a sus condiciones de uso.
La disposición cruzada de los pliegues de la carcasa, inclinados a 45° respecto al sentido de la marcha, proporciona a los neumáticos diagonales una gran rigidez, sobre todo a nivel de los flancos, que los hace más resistentes a las agresiones externas (ramas, piedras...).
Si tus neumáticos no son adecuados, esto puede suponer un riesgo importante para tu equipo así como para tu seguridad. Los escombros, las piedras o los impactos pueden provocar desgarros a nivel de los flancos si estos últimos no están lo suficientemente reforzados. Los neumáticos forestales suelen llevar un bordón de protección para reforzar aún más los talones y los flancos contra los impactos y los arañazos.
Flanco de un neumático convencional
desgarrado tras un impacto
contra un obstáculo
Por lo demás, las fuerzas de cizallamiento a nivel de las barras son elevadas debido a la fuerte tracción necesaria durante los trabajos forestales. Pueden provocar fisuras o cortes a nivel de las barras si los neumáticos no son adecuados. Por lo tanto, esto puede causar daños a tu equipo convencional.
Agrietamiento de la banda de rodadura
debido a fuerzas de cizallamiento excesivas
Con el tiempo, la goma se vuelve frágil y puede desprenderse. La superficie de la banda de rodadura es entonces irregular, lo que puede provocar vibraciones, que repercuten en tu comodidad de trabajo y en la durabilidad de tu equipo.
Aunque la resistencia sea uno de los criterios más importantes a la hora de elegir un neumático forestal, también hay que tener en cuenta la conservación del suelo. En efecto, el trabajo del suelo no suele ser posible en las zonas forestales. Los neumáticos forestales permiten desarrollar un mayor esfuerzo de tracción y, por lo tanto, limitan así el patinamiento y el cizallamiento de las capas del suelo.
Al igual que con un neumático convencional, también debes prestar atención a la presión de uso (consulta para ello la tabla del fabricante).
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